lunes, 30 de abril de 2012

yanira


Estimado Juan Antonio Monroy:

Me ha gustado su texto. De verdad, se lo digo sin ironía; en un mundo como el nuestro vale más cómo se dicen las cosas que la veracidad de sus argumentos. El suyo, a primera vista, es el de los más peligrosos: Aquel que se reviste de aparente veracidad.

Al contrario que usted en su carta, yo no voy a demostrar la no existencia de Dios. Tampoco usted puede demostrar la no existencia de un conejo rosa gigante que mueva el mundo. No se trata de eso; lo que yo quiero demostrar es que no ha dado ni un solo argumento que se sustenga por su propio peso. De verdad, no es por ofenderle, puesto que ha seleccionado muy bien a los autores a citar, pero han pasado muchos años ya como para estar recurriendo a argumentos totalmente desfasados.

Vayamos por partes, ¿No?

1ª Prueba. Sentido común. No sé qué decirle. Creo que ni usted mismo piensa que sea de sentido común creer en Dios y por eso recurre a un argumento a la autoridad. Ciertamente, los seres humanos siempre han creído en dioses, y era de sentido común hacerlo, puesto que así podían explicar lo que la razón no era capaz de comprender.  Hoy día, con una cosa llamada ciencia, la navaja de Occkam nos dice que es más probable que todo sea como lo vemos y atendiendo a unos parámetros científicos que se estudian que pensar que de verdad haya un Dios. A todo esto, Unamuno, creyente, desarrolla muy bien el argumento de su obra San Manuel Bueno, mártir: Hay que creer en Dios porque los seres humanos necesitan creer, a pesar de que la fría razón nos diga que no existe Dios. Así pues, este argumento no es válido, el sentido común nos dice una cosa y los creyentes hacen otra.

2ª Prueba. Causalidad de Aristóteles.  Empezar dando un argumento y reconociendo que está anticuado dice muy poco del mismo. En fin, estoy familiarizado con la casualidad de Aristóteles, en la cual hay una causa que desencadena un efecto, un autor, un finalidad, etc y en la obra de éste en ningún momento se cita la mano de un Dios en el movimiento. Todo se hace por necesidad (anaké). Esta necesidad no es la necesidad de un Dios, sino la de la misma naturaleza por proseguir un ciclo y adaptarse a sí misma. Usted lo que cita no es el argumento aristotélico, sino la revisión medievalista que se hizo posteriormente. De todas maneras, hoy día, la afirmación No hay efecto sin causa resulta un poco presuntuosa; la física cuántica da auténticos quebraderos de cabeza.

3ª Prueba. Primum mobile. Según este argumento, ha de haber una causa primera que permita todo lo demás. La ciencia está de acuerdo con esto y lo llamamos big bang. Si usted quiere adorar al big bang... xD. De todas maneras, he de decirle algo: Para Aristóteles, Dios era el motor inmóvil y prácticamente ni se enteraba de que era un Dios. Aristóteles con esta descripción está mas cerca del big bang que del Dios que usted intenta demostrarme.
"Las ciencias físicas nos dicen que la materia es inerte. Luego si la materia es inerte y el mundo material se mueve continuamente, es que hay un Principio fuera de la materia que da vida al movimiento."
¡Esto no lo dice Aristóteles! Lo pongo en grande, porque no sé de dónde ha sacado eso, pero Aristóteles no deja claro dónde está el motor inmóvil. De hecho, para él la existencia de vacío le resulta inconcebible. Y no tiene que haber un principio fuera de la materia, de hecho ese fue el principal error de Platón. ¿Para explicar cómo se mueve este mundo vas a crear otro? Aristóteles escupe sobre esta idea.

4ª Prueba. El concepto de infinito.
 Otra prueba de la existencia de Dios es la idea que tenemos de lo infinito. Resulta curioso comprobar que la mayoría de los ateos, especialmente los ateos teóricos, afirman que creen en “algo”. Niegan a Dios, pero no pueden sustraerse a la idea de un Ser superior al hombre.
Esto es sencillamente falso y parece más un ad hominem que otra cosa. Como usted no puede demostrar que Dios existe, intenta tachar a los ateos diciendo que la "mayoría" cree en algo superior al hombre. Mentira. No es que no sea verdad, es que es mentira.

El argumento que sigue se basa en clasificaciones lógicas. ¿Cómo en un mundo finito podemos tener la idea de infinitud? Le voy a poner un ejemplo bastante bueno:
¿Qué es mayor 1 o 0.999 periódico? Diría usted 1, pero está demostrado matemáticamente que ambos, 1 y 0.99 periódico son iguales. Esto tiene que ver con el concepto de infinito y puede verlo mejor googleando. Como ve, no está tan claro el concepto de infinito, no es algo que las personas entiendan de normal, a no ser que, como seres inteligentes que somos, hagamos un ejercicio de abstracción matemática.
Luego si hace referencia al uso del lenguaje para tales términos, el lenguaje es finito y simplemente tiende a clasificar ideas, que si no están claras, no se clasifican correctamente, como es este caso. Y aun demostrando la idea de infinitud, no hay indicios de Dios por ningún lado.

5ª prueba. Realidad espiritual del hombre.
"El espíritu humano debe remontarnos a otra inteligencia superior que sea divina. ¿De dónde hubiera sacado el hombre el entendimiento de que está dotado?, "
El espíritu humano se encuentra en el cerebro humano, una extraordinaria obra de la naturaleza, por cierto. Las causas de su formación y de su rendimiento se estudian dentro del proceso de encefalización y homonización. No hay razón para pensar en una mano divina, ni resulta lógico, ni decente, ni de buen gusto. Además antenta contra la evolución.
"La vida espiritual que manda sobre tu cuerpo material te dice a gritos que hay Dios. Porque esa vida espiritual procede de Él. Tú podrás negar a Dios todo lo fuerte que quieras, pero al pensar en Él, al pronunciar su Nombre, le estás reconociendo sin darte cuenta."
La vida espiritual procede del cerebro, puesto que todo lo que le afecte a este órgano repercute incluso en nuestra capacidad de sentir. La palabra Dios fue creada por lo mismo que creamos la palabra "google" o las que estoy utilizando para escribir: Definir conceptos y organizarlos en categorías. Esto ya lo decía Aristóteles y en efecto, él pensaba que estas categorías mentales tenían existencia propia, pero la palabra Dios abarca el concepto que se tiene de un ser poderoso, no la existencia misma de él. Vamos, que es una tontería pensar que por nombrarlo lo vas a crear; lo mismo podríamos hacer con el espagueti volador.

6ª Prueba. Armonía del universo.
Esta prueba es bonita y romántica. Le recomiendo un poema de Fray Luis de León al respecto, "noche serena", que creo que disfrutará.
Dicho esto y dejado el romanticismo decir que el universo es un caos. Nosotros lo percibimos ordenado, pero ni su propia continuidad está clara. Cada día agujeros negros devoran miles de estrellas, estas explotan, galaxias desaparecen, etc. Todo sigue un aparente orden, pero ese "orden" no es más que un reflejo que depende de unas causas científicas concretas que estamos intentando estudiar. Decir que el universo está en armonía cuando no conocemos casi nada de él es muy presuntuoso.

7ª Prueba. Prueba de la finalidad.
Que usted me diga que todo pasa así porque tiene que pasar y es Dios quien vela por tal fin no tiene ni pies ni cabeza. ¡Esta negando el libre albedrío!

Si usted me perdona, con las de la Biblia prefiero no contestar, ya que estamos debatiendo sobre Dios universal y no sobre el cristianismo, o eso me pareció entender al comienzo de su carta. ¿Las buenas intenciones se quedaron atrás? Porque citar a la biblia como argumento ontológico es usar un argumento de autoridad, confiriéndole carácter divino a un libro que ha demostrado que arde como el que más.

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